Indicaron que “el objetivo de esta actividad es acercar a
la población a su patrimonio, ya que los museos sólo son custodios del
patrimonio de los chuquisaqueños”, declaración que llama la atención y a la reflexión
crítica, porque nada debería estar más lejos
que afirmar que los museos “sólo” son custodios
del patrimonio chuquisaqueño. El papel
de los museos en este siglo va más allá de ser repositorio del patrimonio en
las tareas de conservarlo, catalogarlo y divulgarlo; el museo ya no es una
institución anclada en el pasado histórico, sino que es una fuente de documentación e
información valiosa, lo que lo convierte en un ente coadyuvante e inspirador en
la construcción de ideas, conocimiento e imaginarios colectivos a partir de la
cultura, provocando reflexiones e incentivando desarrollos teóricos y críticos.
En esta línea de razonamiento primero debemos entender
qué es un museo. La palabra museo tiene un origen griego “Museion” y se refería
al templo de las nueve musas, Gustavo
Brandariz, profesor argentino de museología, señala que aunque su significado hoy a cambiado y el
origen de los actuales museos es otro, “…si un Museo está bien pensado y
desarrollado, podemos -aún hoy- considerarlo simbólicamente un "Templo de
las Musas" en la medida en que ha de servir de fuente de inspiración para
acciones en el presente y para proyecciones hacia el futuro”. Con el propósito
de contribuir en esta noble tarea los museos deberían subir a bus de la
modernidad y las nuevas tecnologías y
estar abiertos a investigaciones y proyectos museológicos que propongan
transformaciones en la función social, científica y cultural del museo.
Respecto a la función social algunos museos de la ciudad, muy pocos, han
tomado cartas en el asunto, un ejemplo el Museo Colonial Charcas, que trabajan
con planes pedagógicos vinculados con
programas escolares y otros, recibiendo en sus ambientes a niños, jóvenes y
adultos, donde realizan talleres
especiales y dan clases magistrales sobre algunas piezas museológicas, esta es
una forma muy eficaz de transmitir el conocimiento a través de la articulación
con el arte y la cultura.
Es justamente por ello importante la investigación y la función científica
del museo que en estas circunstancias toma el papel de la universidad en el
sentido de poner en duda criterios que se creían dogmas, por ejemplo al
estudiar un objeto museológico, además de la parte técnica el investigador analiza
el mensaje que hay de tras de éste, le da sentido, significado y contexto
histórico a la pieza, al mismo tiempo de comprender que la cultura cambia, pero que el pasado siempre tiene reflexiones
para el presente. La ventaja de este análisis de carácter científico en los
museos es la inmediatez en la retroalimentación
y flexibilidad en los resultados.
Las nuevas tecnologías cumplen un papel protagónico en la transformación de
la función social, científica y cultural de los museos. Contrario a lo que
muchos piensan, representa la posibilidad de crecimiento de los museos, pues la
experiencia extranjera muestra que reporta beneficios tanto a los
investigadores como a la población en general. La finalidad va mas allá de la
creación de un espectáculo, como diría Andrea DiCastro, es valerse de estas herramientas y medios para
hacer que los museos sean espacios integrados a nuestra vida, que participen
activamente en la difusión del conocimiento, que sigan siendo una fuente de
asombro e inspiración para las nuevas generaciones y por supuesto, que
trasciendan el espacio físico.
La tecnología en un museo se puede emplear para una gran diversidad de
tareas, el punto es usar de forma eficiente todo este abanico de posibilidades,
DiCastro habla de cuatro niveles cada uno con distintos recursos: Museos como
auxiliares en la transmisión del conocimiento, Museos Inteligentes, Museos
Ubícuos y El Metamuseo.
Los recursos tecnológicos que existen en estos niveles pueden ser muy útiles y son factibles para los
museos de Sucre, puesto que hay profesionales del área que ya han propuesto y
ejecutado proyectos haciendo uso de estas tecnologías como es el caso del
Parque Cretácico que pronto sacará a la luz el primer catálogo impreso expandido
con realidad aumentada.
Entonces ¿Qué posibilidades más y recursos existen para los museos? Sólo
por mencionar algunos: El kioscos interactivos, pantallas navegables, aplicaciones móviles de
audio guía, redes sociales, catálogos digitales expandidos, catálogos impresos
expandidos, hojas de sala en red lo que permite a los visitantes profundizar
después de la visita o informarse antes de la visita, realidad aumentada,
imágenes virtuales 3D, visitas virtuales interactivas, bases de datos en red, y
las muchas más que aparecerán.
Pero ¿Qué beneficios tiene el uso de las nuevas tecnologías en los museos?
Por citar unos cuantos, en el caso de los museos inteligentes proporciona retroalimentación
y datos estadísticos a los curadores, museógrafos, a través de computer visión
se puede detectar en la sala qué pieza es la menos vista, de esta forma cambiar
la museografía o cambiarla por otra pieza, gracias a eso el museo puede aprender
de sus visitantes y actuar en consecuencia. También gracias a la red el museo está
en todas partes y los acervos en red se pueden relacionar con otros acervos y
en el caso de los metamuseo, la tecnología permite una base de datos en red integrada
por varios museos sin importar su ubicación geográfica. La virtualidad también permite incluir en los
acervos de los museos piezas que no se pueden exhibir por diversas razones pero
que pueden ser necesarias para que se tenga una mejor comprensión del artista o
tema de investigación.
Por tanto los museos deben reinventarse a si mismos las veces que sea necesario y cambiar su visión de la museología acorde a los adelantos tecnológicos, a nuevos enfoques temáticos y la diversidad de lecturas interpretativas. Su labor en la construcción del conocimiento e imaginario colectivo a partir de la cultura debe extenderse más allá de sus paredes, e ingresar al mundo virtual.